El “desempleo” y la búsqueda sin fin

Marisol Ciriano
3 min readJan 14, 2023

-¿Por qué quieres este trabajo?

-…

Voy a decir algo obvio: buscar empleo es muy cansado. Ver vacantes, aplicar, mejorar tu CV, que no te llamen, que te llamen y no pasar la primera entrevista, no pasar la segunda o pasar la segunda y al final no quedar en el puesto porque… ¿por qué? No lo sabes, no siempre lo dicen, o sí te dicen pero no entiendes exactamente qué quisieron decir con eso.

También está la parte de aplicar y pedir el salario que tú crees más justo y que te digan que no tienen ese presupuesto, que lo sienten mucho, pero no pueden llegar al precio.

Pasan uno, dos, tres, cuatro meses y aún no tienes trabajo. Entonces dudas de aquel que rechazaste porque creíste que las condiciones eran injustas, pero ¿no debemos aspirar a algo mejor?

Ahí es cuando te llega el síndrome de la impostora y esta vez es una sensación grande, porque no eres sólo tú haciéndote ideas, son varias empresas las que te dicen que no calificas, que no eres apta, que no sabes lo que tienes que saber y te cuestionas todo lo que has hecho hasta ahora. ¿Fue suficiente el esfuerzo en la escuela? ¿En la vida laboral? ¿Es que de verdad debía dedicarme a otra cosa y no me di cuenta?

Las personas que te quieren siguen mandando vacantes, incluso para aquellas en las que no calificas ni un punto y les agradeces y lo piensas y mandas aunque sepas que igual y no te van a llamar.

Y tu familia y tus amigos te dicen que ya encontrarás algo bueno, algo que te guste. Eso te da un poco de esperanza pero también piensas que hay pagos que hacer, deudas que saldar y no puedes solo estar ahí esperando.

¿Y si aceptas o buscas un trabajo que no sea de tu área, qué tan malo sería eso? Algo temporal, quizás. Pero tus padres no pagaron miles de pesos para que hagas eso, ¿o sí?

Otras veces te preguntas si no te estas estresando demasiado porque algo vendrá. Así que por ahora deberías estar disfrutando de ti, de tus descansos, de tu paz, de esos momentos que pedías por meses.

Muchas otras veces solo quieres hacerte bolita y volver a ser una estudiante que no se preocupa de nada, solo de hacer su tarea y de si al día siguiente vería al niño que le gustaba.

¿Podemos pausar un rato?

***

Agregado:

Todo lo dicho anteriormente en esta entrada fue escrito hace meses, en una semana de muchos rechazos o muchas entrevistas. No lo sé.

Hacer unas semanas, mientras resolvía una cosa de los viajes que estoy haciendo por motivos también laborales, me di cuenta de eso: no he dejado de trabajar realmente. Es solo que lo estoy haciendo de una manera distinta. Sí, menos estable, pero también con mucho más tiempo para otras cosas.

Mi amiga S me digo que eso ya se sabía.

No, no romantizaré la precariedad ni algunos obstáculos económicos que se me han presentado, pero me siento un poco más liviana, sin el peso feo que tenía de sentirme desempleada, cuando no lo he sido al 100% en en todos estos meses.

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Marisol Ciriano

28. De adolescente supe que quería contar historas y luego no se me ocurrió hacer otra cosa.