Queridos mamá y papá, cumplo tres años en otra ciudad

Marisol Ciriano
2 min readMar 20, 2023

Un día de febrero del 2020 llegué a abarrotar más una Cdmx llenísima de gente

Temporada de Jacarandas

Mamá y papá:

Esto debió escribirse hace más de un mes, cuando cumplí tres años en esta ciudad y estaba muy feliz de haberlo hecho. Pero de entonces a acá me he sentido algo perdida, en la incertidumbre, y es la peor sensación que puedo tener en general

No se malentienda, que sigo feliz de la decisión que tomé a inicios de 2020, sólo que, como saben, ser adulto luego cuesta mucho. Esta ciudad capital también cuesta mucho.

Tampoco está mal admitir que a veces la distancia duele como nada y me da la nostalgia de ir al cine con mamá, a los tacos con papá o tontear con Dany. De ver a los sobris crecer. Que cada vez que voy duele un poco cuando mi mamá intenta animarme si Isa no me hace caso porque “no me conoce” y me pregunto si me pensarán como una buena o mala tía por no verles crecer… y que muchas veces, en el drama que puedo ser, pienso en si seguiré lejos el día que mis padres se vayan y me enteraré por una llamada.

***

Ayer visité a la tía Martha. Hablamos de cuando decidió dejar su casa y su familia para volverse monja, aún cuando su madre no estuvo de acuerdo en un inicio (cosa que se me sigue haciendo curiosa). En un momento le pregunté que pensó al irse y me dijo algo parecido a lo siguiente:

“Cuando iba en la subida (…) en esa que ves todo el pueblo, sólo pensaba una cosa: Para siempre. Para siempre”.

Entonces por unos segundos dejé de lamentarme en este mar de “¿qué has hecho en estos tres años lejos de casa?” y volví a recordarme a mí misma tomando un avión, pasando la noche en el aeropuerto de Guadalajara y llegando una mañana de febrero a la Ciudad de México, logrando esa meta que en algún punto de la universidad me planteé: vivir acá.

Ahí supe que sí tenía que decirles que estoy bien, que estoy feliz, que sobre todo el último año he creado una red de amigos sin los que ya no me imagino.

Que aunque muchas veces me siento tan foránea como el primer día, confirmo una y otra vez lo que dice Alaíde Ventura en Como Caracol, que la casa la lleva uno a cuestas.

Así que sí, es tentador regresar a Durango, no pensar en las gigantescas rentas de acá, en la competencia laboral horrible y en todo lo malo que me pueda atormentar de pronto, pero creo que aún no es tiempo, aún no me toca…

Entonces, ¿cuándo vienen de visita?

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Marisol Ciriano

28. De adolescente supe que quería contar historas y luego no se me ocurrió hacer otra cosa.