Sobre Paulina

Marisol Ciriano
3 min readMar 23, 2021

A veces hablo de ella cuando preguntan por el collar en forma de árbol de la vida que llevo en el cuello ( y que tienen también otras personas que la aman). A veces, cuando hablo del 2017. No siempre me siento con el derecho a hacerlo, pienso que eso es algo más de su hermana, su papá o su mamá. Que ellos pronuncien su nombre: Paulina, Pols, Poli, Pau.

Pero esta vez, de nuevo, lo haré yo.

No quiero que quien era ella se quede en los últimos días: la Púrpura, la terapia intensiva, el hospital; tampoco en el duelo o los días de llanto.

Quiero contar que primero fue una niña rubia con ojos preciosos, claros. Que tenía mucho de su papá y de sus tías paternas en ella, pero también muchos detalles que heredó de su mamá. Contar que hay una foto de ella pequeña con las botas de su papá que le quedaban gigantes.

Paulina luego fue una niña que tuvo que estudiar en dos lenguas, la materna y la que le enseñarían en el que se convertiría su hogar. Una niña que hizo amigas de por vida una vez que fue a jugar al parque.

Pols fue una niña y una adolescente que amaba el Halloween y el maquillaje, tanto así que quería estudiar algo relacionado (no sé qué tanto con el Halloween).

Era también una niña blanquísima que se ponía “roja camarón” al ir a la playa, que no soportaba que los demás fueran antihigiénicos y que tenía un tema con los pies y los calcetines (usaba unas calcetas preciosas).

Poli fue una adolescente a la que le gustaron los niños y que hablaba de eso con sus amigos, amigas y primas y que, además de todo el rock que escuchaba, le gustaba poner canciones de Sin Bandera o Maná para cantarlas a todo volumen como si le acabaran de partir el corazón hacía tres minutos. La música estaba en todo lo que hacía.

A Pau le gustaba ver películas de terror con su hermana o con Andrés, o subirse a los juegos mecánicos; o cantar Bohemian Rhapsody en un videojuego, una, dos, tres, cuatro veces. También le gustaba cantar en los festivales, de acá o de allá, o de donde fueran, pero con sus amigos.

A “la wera” le gustaba desayunar chilaquiles o comer enchiladas y echar chelita los viernes por la noche, porque #mexicana.

Paulina fue la adulta que regresó a su país natal para estudiar lo que quería y logró hacer muchísimos amigos en el camino.

Pols era la chica más dulce del mundo, con su cabello blanco con tinte morado y una perforación en la nariz. Aún tenía los ojos preciosos.

Todas esas cosas eran parte de Poli persona, pero ella era luz (o algo más que eso). Una luz que desde hace cuatro años brilla en otro lado y nosotros guardamos en todo lo que hizo, lo que fue, lo que sigue siendo:

Paulina. Pols. Poli. Pau.

https://www.youtube.com/watch?v=j8nNQR80aUw

La ilustración es de Lluvia_

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Marisol Ciriano

28. De adolescente supe que quería contar historas y luego no se me ocurrió hacer otra cosa.